Este bizcocho me salió casi de casualidad. Normalmente no suelo ser muy ortodoxa a la hora de hacer recetas, me salto la formulación y me pongo a sustituir unos ingredientes por otros. Buscaba un bizcocho con la mínima expresión de edulcorante y pensé en el boniato que de manera natural tiene ese dulzor exquisito para unos y poco aceptable para otros. La cuestión es que el resultado, a mi gusto, es genial, textura firme a la vez que esponjosa y sabor delicado; por ponerle alguna pega, no dura tanto como un bizcocho hecho con azúcar, yo lo que hago es congelarlo en porciones.
- 3 huevos
- 300g de boniato asado
- 100g de harina de arroz
- 50g de harina de quinoa
- 75g de almendra molida
- 1 cucharada grande de melaza de arroz
- 2 sobres de gaseosas
- 1 pizca de sal
Modo de preparación:
Batir los huevos con el boniato y la melaza, incorporar las harinas, la almendra y la sal y mezclar bien. Añadir el aceite de oliva y finalmente las sodas.
Disponer la mezcla en un molde (el mío es de silicona en forma de corona). Alisar la masa con una espátula.
Llevar al horno a 160ºC durante 20-25 minutos. Pinchar con un palillo para comprobar el punto de cocción. Sacar del horno, dejar reposar hasta que esté tibio y lo volcamos en una rejilla para que termine de enfriar. Servir.
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